viernes, 12 de junio de 2015

Tan ingenuo como inocente

La exposición mediática se focaliza en Arturo Vidal y Alexis Sánchez hasta niveles insospechados. Son las grandes referencias del entramado chileno, el cual compite en territorios propios, y la visibilidad de ambos incrementa la que sufren durante el transcurso de la temporada en Europa. Por aumentarse el foco y la cantidades de activos que presencian cada movimiento. Tanto que, incluso, Ecuador parecía querer minimizar hasta el máximo su actuación. Independientemente de lo que fueran capaces de realizar sus compañeros. Y ambos, que actúan por zonas centrales y periferias cercanas con leves caídas a áreas laterales, consiguieron ser partícipes del juego. Tanto con el esférico en propiedad como sin él.

La línea de cuatro defensas que implantó Ecuador siempre estuvo, sin ningún tipo de variación durante todo el partido, muy junta. Los metros de separación entre los mencionado número de defensas eran escasos, teniendo como principal suceso contraproducente la ausencia de extremos propios retrasados o centrocampistas en banda realizando coberturas. Por ello, las subidas de Beausejour e Isla, actuando como carrileros, se constituyeron como una constante. A lo que se sumó Jara en el segundo periodo. La amplitud del campo, por parte de Chile, era realmente notable, provocando superioridades en esas zonas de actuación por la falta de jugadores ecuatorianos. Sin ser capaces de erradicar tal evento, hasta un 50% de las jugadas chilenas se llevaron a cabo por el flanco diestro. Algo que, obviamente, generó que el mapa de calor de Isla se dibujara en campo contrario. En su totalidad.

Subida Isla I
Subida Isla II





























Y ante tal pasividad, la salida de balón de Chile no necesitaba de balones aéreos. Así, un total de 606 pases de 672 totales se llevaron a cabo a ras de suelo. Esto es: el 90%. Una superioridad de la que disfrutaron el propio Isla, siendo el jugador con más pases realizados (84), Aránguiz (79), Marcelo Díaz (71) y Vidal (67). Los ratios de pases buenos realizados de todos ellos no bajan del 88%. Si bien tuvieron en Valdivia el complemento perfecto para optimizar estas ventajas.

Subida Jara I
Subida Jara II





























Las recepciones del de Palmeiras se realizaron sin marca fija. En varias ocasiones, más de las necesarias para los intereses de Ecuador, encarando a los defensas rivales. Con tiempo y espacio para pensar en lo realizable. Ningún centrocampista ecuatoriano supo leer su ubicación espacial, la cual tornaba siempre en una parcela muy reducida de metros cuadrados. Pero, claro, decisivos. Porque eran los pertenecientes a ¾ de campo rival. Los reservados para los mediapuntas. El resultado de ello fue que Valdivia produjera hasta tres pases que originaron ocasiones de gol, sólo superado por Alexis Sánchez (4).

Valdivia sin marca
Mati sin marca





























Con la entrada de Mati Fernández se mantuvo lo plasmado. Incluso cuando Ecuador planteaba una presencia de efectivos ofensivos en campo rival para la presión a la salida de balón, la situación no variaba. De hecho, empeoraba. Porque las recepciones ahora se realizaban con más metros para confluir con otros compañeros. Y las desventajas eran evidentes por sumar hasta cinco o seis jugadores de Ecuador en campo rival. En ningún momento Noboa y Lastra fueron superiores a los centrocampistas de Chile. Ni siquiera en ubicación espacial. Algo que Gustavo Quinteros debe remediar. Porque las concesiones tan amplias y gratuitas suponen la carencia absoluta de competitividad.