martes, 1 de diciembre de 2015

El movimiento erróneo

La Serie A más abierta en el último lustro, con motivo del mal inicio de la Juventus, está provocando que diferentes escuadras sean capaces de hacer soñar a sus aficionados. Tanto que, incluso en algunos escenarios, se plantea más como un estado transitorio y emocional temporal que una realidad palpable y lógica. Porque, a pesar de todo ello, lo que realmente decide qué equipo será el más fiable, tras la disputa de 38 jornadas, es la táctica. Teniendo presente que el contexto en el que se establece la competición se ubica en Italia, más aún si cabe.

Por ello, el partido entre Napoli e Inter se esperaba con gran expectación. Acompañado esto de la situación de los dos equipos en la clasificación, y peleando ambos por el liderato al término de la jornada, el choque entre los de Sarri y Mancini estaba condicionado por muchos matices. A tenor de lo vislumbrado hasta el momento, las variantes a implantar por cada técnico eran mínimas. Acorde a las características de ambos, lo esperado se postulaba como invariable.

Sin embargo, una decisión de Mancini derivó en la clave principal para entender cómo el Inter, con la presencia de un jugador más en el centro del campo, acabó por no tener el control y ser superado por un conjunto que, en la figura de sus centrales (Albiol-Koulibaly), no posee una salida de balón apta para superar líneas de presión. El Napoli es el segundo equipo de la Serie A en cantidad de posesión media por partido (58.2%) y el tercero en acierto en los pases con la misma (84.8%). Sin embargo, no es un conjunto que se caracterice por plantear los partidos a partir del balón, siendo una consecuencia de la acción del rival en cesión de espacios y balón. El Inter, por su parte, roza el equilibrio entre tener y no tener el balón, lo que se asemeja perfectamente a la idea de su técnico. El 52.7% que registra es el claro indicativo de que Mancini gusta de jugar con espacios, tras pérdida rival y con proyección por zonas centrales con llevaderos como Brozovic y Guarín y con extremos capaces de jugar en áreas centradas como Ljajic y Perisic.



El pivote, cuya finalidad es equilibrar todo el flujo ofensivo en salida y el achique de espacios en fase defensiva, fue Medel. Su ubicación, no obstante, se vio adelantada hasta el círculo central para realizar una presión elevada a los centrocampistas rivales. Esto, sin duda por mandato de Mancini, finalizó en un desajuste de ubicaciones espaciales extremadamente contraproducente para los intereses del Inter. Unido a la decisión de ceder el esférico al Napoli, con un 37.9% de posesión y una cifra muy baja de pases realizados (336), el despliegue de los de Milan terminó por ser caótico. 


Los espacios a la espalda de Medel fueron constantes y amplios. Su ubicación en posiciones tan adelantadas, o siguiendo la marca fija a un jugador, no se vio complementada por la cobertura de sus compañeros, siendo Brozovic y Guarín meras figuras estáticas que no intervinieron fuera de su radio de acción inmediato. Así, las recepciones de Callejón, Higuaín, Hamsik y Allan proporcionaron al Napoli una salida limpia por parte de los centrales, así como una ganancia de metros crucial para generar ocasiones de gol cerca del área rival. 


Tan sobrepasado se vio el chileno que sólo fue capaz de realizar dos entradas sin falta con recuperación y tres intercepciones. Un bagaje muy pobre para la figura clave del centro del campo del Inter. Lejos, por ejemplo, de las ocho que consiguió Alex Telles, que entró al terreno de juego en el descanso. Además, su participación se produjo con un jugador menos, con lo que evidencia más el bajo ratio de Medel. El mapa de calor, a su vez, establece cómo Allan y Jorginho tuvieron mayor presencia en el terreno de juego que sus tres rivales (Medel-Brozovic-Guarín). No ya sólo en la ubicación espacial y ocupación de espacios, también en la cantidad de balones tocados y en la participación del juego.
















La productividad de una presión a los centrales rivales con el mediocentro propio resultó fallida. Como concepto, teniendo en cuenta las características de los mismos con el esférico en posesión, se plantea como razonable. Ahora bien, la elección del jugador ha realizar tal función derivó en una clave fundamental para proporcionar al rival justamente lo que se trataba de evitar: situaciones en campo rival, cerca del área, sin oposición y con jugadores de llegada desde segunda línea. Allan realizó 13 pases en el tercio ofensivo y Jorginho 14. Los mediocentros del Napoli tuvieron presencia en el campo del Inter. Sin Medel en esas parcelas, y con tiempo para actuar, terminaron por sentenciar un partido que devuelve al conjunto del sur de Italia al liderato de la Serie A por primera vez desde que Maradona vistiera le elástica de los napolitanos.

miércoles, 14 de octubre de 2015

Lo que no entendió Pastore

La ausencia de Leo Messi, en cualquier combinado, es un suceso que provoca consecuencias directas y elevadas en el grupo. Si se trata de la selección argentina, esto se incrementa. Desde su productividad con y sin balón en el juego colectivo del equipo, el cual varía con él dentro de la cancha, hasta asuntos aparentemente menores. Pero de relevancia destacada. Así, el encuentro de Argentina ante Paraguay provocó que 'Tata' Martino esté discutido, más aún, y que Pastore llevara la camiseta número '10'. A tenor de lo vislumbrado por el jugador del PSG durante 67 minutos de juego, un sacrilegio.

La albiceleste salió con una formación propia al 4.2.3.1, invariable y excesivamente estático. La ubicación espacial de Pastore, teóricamente, era la mediapunta, lugar donde confluye el jugador entre los mediocentros y defensas rivales. Zona de inmediato peligro para generar ocasiones de gol, bien sea finalizando jugadas llegando desde segunda línea o aportando pases interiores para los delanteros o los extremos, centrados tras realizar las pertinentes rupturas diagonales hacia el área rival. Sin embargo, su actuación estuvo marcada por la exhibición de errores tácticos, tanto de ubicación como de interpretación del juego. Algo que, obviamente, disminuyó el caudal ofensivo de Argentina y, con ellos, sus opciones de conseguir la primera victoria en la fase de clasificación para el Mundial de 2018 en Rusia.
















Lo cierto es que Pastore ni jugó como mediapunta ni como segundo delantero. Esas dos variantes, posibles de efectuar en el territorio que le concedió Martino ante Paraguay, no fueron llevadas a cabo por el jugador argentino. Se le vio situarse a la misma altura que Tévez, la referencia del ataque, e incluso como punta de lanza en el ataque argentino, ubicándose junto a los centrales rivales en la marca del fuera de juego que tiraban los mismos. Si se atiende a la confección del doble pivote de la selección, formado por Kranevitter y Mascherano, las repercusiones negativas son mayores.

El primero, imberbe y de estreno en la máxima categoría, fue el encargado de guardar la posición, al puro estilo del '5' argentino. Ello deparó en que el 'jefecito' tuvo que asumir funciones de organizador, siendo el encargado de conectar con los jugadores ofensivos del equipo. Y, como no podía ser de otra manera, las pérdidas de balón de Argentina aumentaron considerablemente. De hecho, hasta se vislumbró a Mascherano en situaciones inéditas en su carrera deportiva. Esto es: cerca del área rival, viéndose obligado a finalizar jugadas con disparos desde fuera del área o aportando envíos laterales a los extremos.















En ningún momento Pastore se ofreció en el centro del campo para ayudar a generar fluidez en la circulación de balón. No retrasó su posición unos metros para estar más en contacto con el esférico, recurso habitual de cualquier mediapunta que no está siendo decisivo en el partido. Todo lo contrario: con cada complicación en la salida de balón para cualquiera de los dos mediocentros, su recurso fue juntarse a los defensas rivales, colocarse a la misma altura que Tévez y esperar pases aéreos y de largo recorrido. Algo previsible para la defensa paraguaya y fácil de minimizar.


A pesar de llevar la '10', Pastore ofreció la impresión de querer ser el finalizador de las jugadas, más que el generador de ellas. En primera instancia, desconociendo las pautas establecidas y dictadas por Martino a su jugador, eso fue una decisión propia e inadecuada. Con la entrada de Dybala, minutos más tarde de que Pastore abandonara el terreno de juego, se vio por primera vez la silueta de un jugador que se retrasaba para confluir en las transiciones con balón. Una pauta de juego totalmente diametral de la presenciada anteriormente.



La distancia entre el doble pivote de Argentina y los futbolistas atacantes fue, por tanto, muy amplia. El equipo se partía, de manera perenne, por la errónea colocación de un efectivo. Precisamente del responsable de aunar las dos fases del juego de la selección. Sin la presencia de un mediocentro capaz de llevar el peso del juego ni aportar la salida de balón pertinente, Argentina fue incapaz de generar otra dirección a los envíos que la lateral. La previsibilidad de la selección fue extrema y la aportación de Pastore nula.

viernes, 12 de junio de 2015

Tan ingenuo como inocente

La exposición mediática se focaliza en Arturo Vidal y Alexis Sánchez hasta niveles insospechados. Son las grandes referencias del entramado chileno, el cual compite en territorios propios, y la visibilidad de ambos incrementa la que sufren durante el transcurso de la temporada en Europa. Por aumentarse el foco y la cantidades de activos que presencian cada movimiento. Tanto que, incluso, Ecuador parecía querer minimizar hasta el máximo su actuación. Independientemente de lo que fueran capaces de realizar sus compañeros. Y ambos, que actúan por zonas centrales y periferias cercanas con leves caídas a áreas laterales, consiguieron ser partícipes del juego. Tanto con el esférico en propiedad como sin él.

La línea de cuatro defensas que implantó Ecuador siempre estuvo, sin ningún tipo de variación durante todo el partido, muy junta. Los metros de separación entre los mencionado número de defensas eran escasos, teniendo como principal suceso contraproducente la ausencia de extremos propios retrasados o centrocampistas en banda realizando coberturas. Por ello, las subidas de Beausejour e Isla, actuando como carrileros, se constituyeron como una constante. A lo que se sumó Jara en el segundo periodo. La amplitud del campo, por parte de Chile, era realmente notable, provocando superioridades en esas zonas de actuación por la falta de jugadores ecuatorianos. Sin ser capaces de erradicar tal evento, hasta un 50% de las jugadas chilenas se llevaron a cabo por el flanco diestro. Algo que, obviamente, generó que el mapa de calor de Isla se dibujara en campo contrario. En su totalidad.

Subida Isla I
Subida Isla II





























Y ante tal pasividad, la salida de balón de Chile no necesitaba de balones aéreos. Así, un total de 606 pases de 672 totales se llevaron a cabo a ras de suelo. Esto es: el 90%. Una superioridad de la que disfrutaron el propio Isla, siendo el jugador con más pases realizados (84), Aránguiz (79), Marcelo Díaz (71) y Vidal (67). Los ratios de pases buenos realizados de todos ellos no bajan del 88%. Si bien tuvieron en Valdivia el complemento perfecto para optimizar estas ventajas.

Subida Jara I
Subida Jara II





























Las recepciones del de Palmeiras se realizaron sin marca fija. En varias ocasiones, más de las necesarias para los intereses de Ecuador, encarando a los defensas rivales. Con tiempo y espacio para pensar en lo realizable. Ningún centrocampista ecuatoriano supo leer su ubicación espacial, la cual tornaba siempre en una parcela muy reducida de metros cuadrados. Pero, claro, decisivos. Porque eran los pertenecientes a ¾ de campo rival. Los reservados para los mediapuntas. El resultado de ello fue que Valdivia produjera hasta tres pases que originaron ocasiones de gol, sólo superado por Alexis Sánchez (4).

Valdivia sin marca
Mati sin marca





























Con la entrada de Mati Fernández se mantuvo lo plasmado. Incluso cuando Ecuador planteaba una presencia de efectivos ofensivos en campo rival para la presión a la salida de balón, la situación no variaba. De hecho, empeoraba. Porque las recepciones ahora se realizaban con más metros para confluir con otros compañeros. Y las desventajas eran evidentes por sumar hasta cinco o seis jugadores de Ecuador en campo rival. En ningún momento Noboa y Lastra fueron superiores a los centrocampistas de Chile. Ni siquiera en ubicación espacial. Algo que Gustavo Quinteros debe remediar. Porque las concesiones tan amplias y gratuitas suponen la carencia absoluta de competitividad.

miércoles, 27 de mayo de 2015

Lo sólido y el resquicio

Si por algo destaca el conjunto de Markevych es por su solidez. Todas las miradas se centran, como no puede ser de otra manera, en la figura del “10”. En Konoplyanka. El talentoso jugador ucraniano, que finaliza contrato el próximo mes de junio, es la nota de calidad en un conjunto repleto de trabajo. Porque si algo caracteriza al Dnipro es su capacidad para minimizar los valores primordiales del rival. Así se ha visto a lo largo de la competición, en una Europa League donde ha cobrado peaje a Olympiakos y Ajax, entre otros.

El Sevilla, por su parte, no envidia a su rival en demolición de contrincantes en su camino a Varsovia. Borussia Monchengladbach, Villarreal, Zenit y Fiorentina, por ese orden, han sucumbido al equipo que, probablemente, mayor entramado táctico ha ofrecido en la competición europea. Por ello, llegados al punto culminante de la misma, su presencia se considera propia a la del favoritismo. Con todas las salvedades que ello puede conllevar en un cita tan señalada. En un final. No obstante, varias son las razones por las cuales el Dnipro se define como un equipo complejo de abordar.

Estructura defensiva
Su estructura defensiva se forma, sin ningún tipo de reparo, con una línea de cinco jugadores en el centro del campo cuando así lo consideran oportuno. De tal manera, la ubicación espacial de los extremos se ubica a la altura de los mediocentros, siendo un activo más, en cada banda, para taponar las llegadas del equipo rival y mantener una erradicación de concesión de espacios muy elevada. Pero en esta organización se produce una variante, mediante la cesión de libertad a un jugador, que aporta aún más al equipo un toque de complejidad.

Salida Rotan

Si habitual es ver a extremos defendiendo, la presencia de un mediapunta también se iba a ajustar a tales parámetros. Rotan puede salir a realizar la presión al mediocentro o defensa rival, incitando al rival a dar un pase en largo, y puede llevar a cabo una marca al hombre a un centrocampista del equipo contrario. Con esta segunda acción lo que se pretende, de manera directa, es reducir su flujo de juego al máximo. Incluso hasta evitando que llegue a entrar en contacto con el balón. Normalmente se produce cuando el jugador contrario posee cualidades aptas para la circulación de balón. Aunque, paralelamente, esa merma de espacios también genera que el defensa sea el encargado de producir la salida de balón en la primera línea de exposición, no teniendo compañeros libres de marca por la estructura defensiva del Dnipro.

Marcaje Rotan I
Marcaje Rotan II








































A su vez, la actuación de los dos centrocampistas, Fedorchuk y Kankava, es tan complementaria que genera dudas en la transición del rival. Cuando se encuentran en fase defensiva, la colocación de ambos se suele producir en paralelo, formando un doble pivote permitido por la acción de Rotan. Ahora bien, ello no significa que no tengan libertad para adelantar metros y salir a la presión a zonas más avanzadas. Dibujo táctico que se modifica cuando atacan, siendo Kankava quien se sitúa como interior diestro y Fedorchuk como pivote, más retrasado. Circunstancia que, obviamente, no pasa desapercibida para el conjunto español. Así lo expresaba el director deportivo del Sevilla en la previa del partido.


Fundamentalmente lo que conocemos es lo que hemos visto durante su trayectoria. El esquema de juego lo tenemos más o menos claro: un equipo tácticamente ordenado, férreo, muy físico, poco desordenado. Es difícil pillarlos fuera de lugar o con la defensa baja porque son disciplinados, sacrificados y solidarios. Por tanto, sería un equipo algo similar al Sevilla: trabajado tácticamente, físicamente fuerte y disciplinado. Y tienen un jugador por encima del resto como es Konoplyanka, con una calidad tremenda. Va a ser difícil cogerlos desordenados y a la contra. Yo imagino que ellos van a esperarnos porque es lo que han hecho para llegar aquí. Confían en eso y se sienten fuertes así. (Ramón Rodríguez Vermejo, “Monchi”, Diario MARCA, 25-05-15)


Pero en las semifinales de la UEFA Europa League, disputadas ante el Napoli italiano, el combinado de Markevych ofreció una carencia defensiva con un sector como pauta común. Al posicionar dos líneas defensivas tan juntas, en ocasiones uno de los extremos se ubicaba a la misma altura que la zaga defensiva, no sabiendo en ocasiones si centrarse en la marca del extremo rival o del lateral.

Espacio I
Espacio II








































En el sector derecho, entre Fedetskiy y Luchkevych, las incursiones de Ghoulam e Insigne fueron una constante. De hecho, hasta Higuaín, delantero centro del Napoli, realizaba las diagonales a la espalda de la defensa hacia ese mismo territorio del terreno de juego. El porcentaje de juego que se realizó por esas parcelas del campo, según datos de WhoScored, ascendió hasta el 50% del total. 

Pases y ratios de acierto
Territorio de actuación











































Y los mapas de calor (WhoScored) de Ghoulam e Insigne reflejan la participación elevada y continua en el juego del Napoli. Tanto que, incluso, son los jugadores que más centros al área realizaron, con ocho envíos cada uno. Fueron, además, de los seis jugadores del equipo italiano que más pases llevaron a cabo, con unos ratios de acierto en los mismos que registran un 79.3% como dato más bajo. 

miércoles, 13 de mayo de 2015

Se defiende (mal) arriba

Con la novedad de Sergio Ramos en el centro del campo, su aparición junto a Kroos tuvo grandes críticas tras la derrota del Real Madrid en Turín. Alegando falta de circulación de balón y pérdidas en la zona central, el doble pivote del conjunto blanco no supo o pudo minimizar las subidas de los interiores. 

La primera línea de presión del Real Madrid, formada por Cristiano Ronaldo y Gareth Bale en posiciones centradas  y James e Isco en los costados, fue incapaz de contrarrestar la salida de balón del equipo italiano. Y a partir de ahí, las superioridades en el centro del campo frente a la pareja Kroos-Sergio Ramos.

Chiellini, actuando de defensa izquierdo, combinó con Evra, el lateral de la misma banda, no fallando ningún pase a lo largo de todo el partido. Lichsteiner, lateral derecho, hizo lo propio con Marchisio, interior derecho, con un 89% de acierto en sus pases. Y todos ellos formaban triángulos de actuación con Andrea Pirlo. 

Los envíos del italiano se produjeron, en primera instancia, con Chiellini y Lichsteiner. Con una ubicación espacial acorde a la geometría triangular, siempre existía un jugador libre de marca por estas triangulaciones. Ello, sumado a un 82% de pases buenos realizados por Pirlo, la salida del balón de la Juventus superaba sin dificultades la presión del Real Madrid. 

Pases realizados por Pirlo

Y, debido a la formación de los turineses, hasta tres centrocampistas interactuaban a la espalda de los jugadores ofensivos del Real Madrid. Marchisio, Sturaro y Vidal afrontaban situaciones en superioridad numérica ante el doble pivote blanco. Algo contraproducente para los intereses de los de Carlo Ancelotti y que, finalmente, provocó que la actuación del alemán y el español quedara condicionada por estos desajustes.

Que el jugador italiano juega andando es una sensación no alejada de la realidad... pero que en ocasiones puede resultar engañosa. Ante el Real Madrid, Pirlo fue protagonista con y sin balón. Teniendo el esférico en posesión, su distribución se centró sobre Chiellini, habilitado para superar líneas de presión con sus envíos, y Lichsteiner, lateral derecho que atacaba los espacios concedidos a la espalda de Isco. 

A ello, Pirlo le sumó un despliegue de recorrido que alcanzó los 11,89 kilómetros. Fue el segundo jugador de la Juventus en este registro, sólo superado por Arturo Vidal, el cual realizó 11,96 kilómetros. Su posición en el terreno de juego fue decisiva para su equipo y ningún jugador del Real Madrid pudo minimizar su incidencia. Tal es su importancia que Allegri decidió darle descanso en la última jornada de la Serie A, donde no estuvo ni en el banquillo. 

La presencia de jugadores como el propio Vidal, Pogba, Marchisio, Sturaro y Pereyra le descargan de funciones defensivas. Algo que, a sus 35 años, agradece su juego. Mientras ‘anda’ por el campo, genera situaciones de peligro para su equipo.​

miércoles, 18 de febrero de 2015

La reducción de espacios como matriz

La llegada del técnico italiano el pasado mes de Octubre no ha reportado excesivos cambios en la entidad alemana. De hecho, la decisión inicial de comenzar a jugar con una defensa de tres centrales no ha resultado como una opción favorable para la fiabilidad defensiva del equipo.

El principal refuerzo del Schalke en invierno, a través de la figura del central serbio Nastasic, iba encaminada a reforzar tal variante táctica. Se aportaba, en principio, una seguridad de la cual se carecía. No obstante, la realidad ha postulado una situación realmente perenne. En los 18 partidos disputados bajo el mando de Di Matteo, la cantidad de goles encajados suma un total de 22.

En el contexto de Champions League, los números no varían. La diferencia en el ratio de goles anotados y encajados es negativa, con un total de cinco goles más recibidos que fabricados.  El planteamiento defensivo se ve implantado, además, hasta en la confección del centro del campo. Höger y Kirchoff, defensa el primero y mediocentro posicional el segundo, se ocupan de tareas de contención en detrimento de la elaboración del juego. Con ello, en ocasiones se concentran seis jugadores en fase defensiva con la idea primaria de no encajar gol.

El aporte en ataque depende, en gran medida, de las actuaciones en campo rival del holandés Klaas-Jan Huntelaar y el nigeriano Choupo-Moting. Ambos han anotado 10 goles en todas las competiciones, si bien su registro en Bundesliga supone el 51,62% de los tantos del Schalke. La baja prolongada, por lesión, del alemán Julian Draxler ha provocado graves desequilibrios en el juego. 


Defensa de cinco efectivos


No en vano, solo había sido suplente en un partido, perteneciente a la Bundesliga. Su efecto en el rival, proclive a marcajes individuales, se ha difuminado. Ya no se administra tal decisión táctica a Boateng, Barnetta, Sam o Choupo-Moting.

Por contra, ya es habitual vislumbrar presencias en el banquillo de Meyer, Ayhan, Aogo y Neustädter. Los dos primeros, canteranos de la entidad, han visto reducidos sus minutos considerablemente. Algo que casa frontalmente con el deseo del club minero, el cual no contrató el pasado verano al técnico alemán Thomas Schaaf por esa falta de promoción a jóvenes valores. Aún así, la alternativa al delantero alemán Felix Platte se ha visto producida en la jornada anterior, en la derrota ante el Eintracht Frankfurt.

De esta manera, bajo la dirección de Di Matteo ya se ha realizado el debut de un canterano. A la espera de la vuelta de Draxler, la estadística sigue siendo preocupante para el Schalke. Todo ello en vísperas de la llegada del conjunto que más remates a puerta realiza en la competición internacional (48), el Real Madrid. Una amenaza que puede ahondar más en el problema.